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Quizás para muchos la historia de Kyoto Animation sea reciente, la verdad es que el estudio pronto cumplirá 40 años, la historia de como empezó y además de cómo fue que mujeres lo sacaron adelante es una historia bastante interesante, aquí una breve historia y de como ha sido un pionero en muchos aspectos en la animación japonesa, no solo en la animación sino como empresa.

Todo comienza con Yoko Hatta, una pintora con experiencia que trabajó en títulos como "Princess Ribbon" en Mushi Production, un día dejó el estudió, se casó con Hideaki Hatta y se mudó a Kyoto, una vez allí reunió a varias de sus vecinas que eran amas de casa para que le ayudaran a pintar cels bajo el nombre de Kyoto Anime Studio, en un principio se dedico a pintar con su compañía para estudios como Tatsunoko y Pierrot.

A mediados de los 80's empezó a aparecer en los créditos de los animes en los que trabajaba, de los más famosos fue Urusei Yatsura.

Para 1985 decidió fundar una empresa real y junto con su esposo crearon Kyoto Animation, decidió dar el paso para empezar a hacer trabajos más serios y además con presencia determinante de la mujer, hoy en día tanto Yoko Hatta como su esposo siguen al pie del estudio el como Presidente y ella como la jefa de Operaciones.

Apenas un año después de que se creara formalmente, Kyoto Animation creó su propio departamento de animación, seguido más tarde por un equipo de arte y, finalmente, un departamento de fotografía a finales de los 90, esto le sirvió para empezar a trabajar en serie de mayor peso, en este caso hacer los In-betweeens de Kimagure Orange Road o hacer los fondos en Evangelion, además de hacer trabajos pequeños en algunas películas de Ghibli, si bien para la época no fue un gran logro, si se destacaron por abordar grandes cantidades de trabajo y hacerlo con alta calidad.

El estudio no había existido por mucho tiempo, pero en ese momento ya habían ayudado a suficientes proyectos de Tatsunoko para llamar la atención del ahora legendario productor Mitsuhisa Ishikawa. En el momento en que buscaba una manera de salir del estudio, así que cuando llegó el momento de producir Zillion, confió a Kyoto Animation la coproducción de la serie, en lugar de dividir el trabajo con una sub-unidad de Tatsunoko, en realidad terminó siendo la primera producción de KyoAni - no haciendo el proyecto, sino que administraban efectivamente su producción. Esto le valió la confianza de Ishikawa y estableció un vínculo sutil pero crucial, ya que ese mismo año, Hideaki Hatta se convirtió en uno de los accionistas iniciales de la nueva filial de Ishikawa, IG Tatsunoko. KyoAni desempeña un papel en la existencia de una entidad tan masiva y aparentemente no relacionada con Producción IG.

A pesar de tener algo de éxito, el estudio buscaba tanto su identidad propia como realizar su primer proyecto en solitario, así que el primer proyecto de Kyoto Animation fue Shiawasette Nani, un cortometraje de 1991 contratado por el polémico Culto de la Ciencia Feliz; lejos de ser digno de mención por sí mismo, incluso si accidentalmente desarrollara algunos roles creativos que veríamos una y otra vez años después. Solicitar material de predicación de KyoAni se convirtió en una tendencia, ya que el gobierno también les encargó a varios OVA educativos.


Sin embargo su paso más importante fue su alianza con Shin-Ei Douga y lanzar la co-producción Noroi no One Piece en 1992, esto significo la llegada del director Yoshiji Kigami, el le dio al estudio la identidad que buscaba y hoy en día es el animador estrella, tanto que muchos de los aprendices utilizan sus enseñanzas, en lugar de transmitir aspectos puramente técnicos, hizo un esfuerzo por difundir la actitud de Shin-Ei de no cortar esquinas. No solo para desenvolverse en escenas aisladas y ajetreadas, sino también para ser extremadamente meticulosos al representar el comportamiento de los personajes. Este simple precepto que ha llevado a la identidad de animación única del estudio se ha interpretado erróneamente como un intento de colocar una actuación moderada por encima de todo, lo cual está ligeramente fuera de lugar.

Esta capacidad de ofrecer un trabajo de alta calidad desde el principio atrajo la atención de los principales estudios, siempre en busca de nuevas manos capaces. Es fácil ver por qué trabajar con ellos se convirtió en una perspectiva tan atractiva. KyoAni demostró que eran un equipo de asistencia muy consistente, como se ve en los 33 episodios de Inuyasha que produjeron completamente, al mismo tiempo que brindan ayuda a otros miembros del personal de la serie, y aún así pudieron mantener las cosas bastante baratas debido a su ubicación y al evitar una mayor subcontratación, ya que tenían todos los departamentos necesarios para hacer anime. En la actualidad, los espectadores asocian la subcontratación de anime con malas prácticas de producción ... lo que para ser justos suele ser cierto, pero no siempre fue así. Durante aproximadamente una década, el trabajo de subcontratación de Kyoto Animation fue un movimiento muy inteligente, el estudio es reconocido por brindar horarios flexibles y buenos salarios a sus empleados, además de licencias de maternidad ala gran mayoría de mujeres que trabajan con ellos.

El estudio se caracterizó por adaptarse más que otro estudio a las nuevas tecnologías en la animación, si bien siguieron haciendo trabajos menores y por sus filas pasaron importantes miembros de la industria, no fue hasta agosto de 2003 que el estudio lanza su primera serie para TV, "Full Metal Panic? Fumoffu!", y eso significó un reto para el estudio que tuvo que delegar cuatro capítulos a Tatsunoko por no contar con el personal suficiente para hacer 12 episodios, eso sin contar que tomaban una historia que no era de ellos y adaptaban algo que no tenía que ver con Full Metal Panic! de GONZO que ya se había estrenado, sin embargo en 2005 cuando estrenaron Full Metal Panic: The Second Raid demostraron que no solo podían hacer una serie completa si no alejarse de lo que ya estaban habituados.


Si bien Full Metal Panic! le dio reconocimiento, el proyecto que mayor impacto tuvo en 2005 fue la adaptación de Air, el director Tatsuya Ishihara presionó mucho para hacerlo, además que es fan de las novelas de key, también es un otaku que vio con una perspectiva diferente algo que podría hacer sobresalir al estudio, no solo cambió al estudio en la forma de escoger proyectos si no que logró un impacto importante en la industria del anime, al llegar a otakus ya mayores.

Ya para 2006 llegaría "Suzumiya Haruhi no Yūutsu" y ustedes saben que pasó después.

Luego vinieron otros proyectos como Kanon y Clannad que hoy ya son animes de culto, luego su alianza con Kadokawa trajo a nosotros otro fenómeno que fue Lucky Star, se arriesgaron con un director novato y trajeron K-ON! que hoy en día es uno de los animes más exitosos de la historia.

La gerencia de la compañía también pareció seguir un camino consistente. Las producciones estables y de alta calidad se convirtieron en una parte integral de lo que las hizo especiales, incluso más cuando el resto de la industria generalmente se dirigía hacia una espiral descendente. La filosofía del estudio que se hizo explícita en ese artículo de 1992 se reforzó con el tiempo: una mentalidad familiar entre el equipo y el desarrollo de todos los departamentos involucrados en la animación. Para consolidar esta cultura única, el estudio comenzó a enfocarse en fomentar nuevos talentos como su objetivo número uno; la escuela KyoAni comenzó a correr con el personal del estudio como instructores, y los reclutamientos de la empresa también se limitaron a los jóvenes, por lo que todos los que trabajaban en sus proyectos tenían un conjunto compartido de habilidades y creencias que los hacía más propensos a trabajar bien juntos. Los trabajos de KyoAni fueron diferentes al resto, hechos por empleados de tiempo completo que, sin importar sus diferencias artísticas, compartían los mismos fundamentos.

Es tanto el talento que se creaba que muchos vieron en el estudio competencia y poca oportunidad de crecer, tanto así que algunos terminaron en otros estudios como A-1 Pictures o en el recientemente fundado WIT.

Hoy en día el estudio está lleno de talento con visiones diferentes que se ariesga a tomar proyectos que se salgan del molde de lo habitual, con cooperación mutua y logrando que sus integrantes trabajen en conjunto para entregar un producto de calidad, con Koe no Katachi demostraron que podrían entregar un proyecto cinematográfico, que no solo fue exitosos si no que además se proyecto en muchos países a nivel mundial, siempre teniendo atención al los detalles y respetando la visión de quien está detrás.

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